De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Luciene Pohl, 1998

Banawá

Autodenominación
¿Donde están? ¿Cuántos son?
AM 207 (Siasi/Sesai, 2014)
Familia linguística
Arawá

Los Banawá constituyen uno de los grupos que menos se conocen en el Brasil. Habitantes de la región ubicada entre los ríos Juruá-Purus, son bastante cercanos a los Jamamadi, de los cuales son –además- vecinos y con quienes comparten muchos aspectos culturales, hablando inclusive la misma lengua. Asimismo, el contacto de los Banawá con segmentos de las sociedad nacional se produjo a través de los Jamamadi. Luego de que su territorio fuera invadido durante las últimas décadas del siglo XIX, cuando arreciaba el ciclo del caucho en la Amazonía, el Estado finalmente reconoció sus derechos de propiedad en 1990, aunque hasta el momento enfrentan las invasiones de los madereros y extractores de caucho.

Localización y situación de las tierras

Foto: Luciene Pohl, 1998
Foto: Luciene Pohl, 1998

Los Banawá ocupan la tierra firma localizada entre los ríos Piranha (Piraña) y Purus. La distribución actual de las aldeas de los Banawá se restringe a las inmediaciones del río Purus, tal como es la situación de los Jarawara y los Jamamadi. Los primeros estudios e investigaciones objetivando el conocimiento del área de ocupación tradicional de los Banawá se produjeron en 1986. Con la denominación de Tierra Indígena Banawá-Yafi del río Piranhas, el área fue declarada como posesión permanente indígena el 29 de mayo de 1992.

En el año 1998, se constituyó un grupo técnico (GT) con el objetivo de recibir la anuencia de la población indígena Banawá para iniciar la demarcación física, de conformidad con la identificación realizada en el año 1986. Este Grupo Técnico, además de constatar la existencia de ocupantes no indios que también residían en la TI, verificó que la ocupación tradicional de los Banawá no se restringía a los límites propuestos por el GT en 1986.

Para preservar los lazos culturales con los Jamamadi, la Tierra Indígena Banawá debería de haber sido identificada de manera continua a la TI Jamamadi/Jarawara/Kanamati en 1986, lo que, infelizmente, no ocurrió. Las áreas imprescindibles para el desarrollo de las actividades productivas, así como aquellas destinadas a la preservación de los recursos naturales por ellos utilizados se localizan en el límite sur de la Tierra Indígena, específicamente en las cabeceras de los riachos Geissuã, Quaru y Apituã, donde también se encuentran los límites de la TI Jarawara/Jamamadi/Kanamati y de la TI HI Merimã.

Habiendo constatado el dato mencionado así como el hecho de que esa tierra fue identificada y declarada según una legislación que fue suplantada por la actual Constitución Federal a través del Decreto nº 1.775/96, la Funai reconoció la necesidad de proceder a realizar un nuevo estudio del área de ocupación tradicional de los Banawá. A través de los estudios y relevamientos realizados in situ y en el gabinete por un nuevo GT coordinado por Luciene Pohl, fue posible ampliar el perímetro y constatar que el nombre más adecuado de esa tierra debería ser TI Banawá y no Banawá-Yafi del Río Piranhas, toda vez que la última tiene, en la región, una connotación peyorativa en relación al grupo.

En la actualidad, existen todavía tres ocupantes no indígenas en el área quienes desarrollan otras actividades aún vinculadas a la extracción de productos de la selva, principalmente maderas, aceites esenciales y castañas, además de practicar l agricultura (datos de 2005).

Lengua y población

Foto: Luciene Pohl, 1998
Foto: Luciene Pohl, 1998

Con una gran parte del vocabulario similar y de comprensión mutua, significativos trazos culturales semejantes e intensas relaciones entre los grupos, se considera a los Banawá un subgrupo de los Jamamadi, quienes residen en el límite (exterior) sur de la TI Banawá. Pertenecen también a la familia lingüística Arawá, así como los otros habitantes de la región localizada en el curso medio del río Purus y sus afluentes: los Deni, Jamamadi, Jarawara, Kanamati, Sorowaha, Hi Merimã, Paumari y Kulina.

Los datos sobre la natalidad, la mortalidad y el crecimiento demográfico no habían sido registrados en años anteriores a la presencia del equipo instituida por la Instrucción Ejecutiva nº 146/DAF/98, que constató un total de cien indios.

Los Banawá presentan una tendencia al crecimiento demográfico, dado que cerca del 50% de los individuos son jóvenes. Por otro lado, la expectativa de vida puede ser considerada baja, toda vez que, en 1999, sólo el 12% tenía más de 50 años, entre los cuales sólo el 6% tenía más de 60 años.

Historia

La primer aldea a la que los Banawá hacen alusión es aquella instalada en el riacho Apituã, cercana al río Purus. La segunda localidad presente en las narrativas es aquella localizada en el riacho de lata - wati'lata -, en donde los Jamamadi dejaban las latas para que los Banawá arrojasen en ellas copaíba (Caesalpinioideae) o sorva (Sorbus domestica L.) para el “patrón” Firmino, en la época en consideran haber establecido los primeros contactos con la sociedad nacional. Posteriormente, fueron localizadas algunas malocas en los riachos Sitiari, Cotia y de Yati'fá, o riacho da Pedra. Finalmente, también mencionan a las aldeas en un riacho con muchos peces pequeños: Abasirimefai, en donde fueron localizados algunos campos de cultivo.

El reconocimiento de los Banawá en la región de tierra firme entre los ríos Purus y Juruá se remonta al siglo XIX, cuando los viajeros recorrieron el río Purus y constataron la significativa presencia de población Jamamadi en el territorio que se extendía entre esos ríos.

De los varios registros de la ocupación de la región del río Piranhas dejados por el Servicio de Protección a los Indios (Serviço de Proteção aos Índios – SPI), contamos con el de José Sant’Anna de Barros, quien en su informe de 1930 escribe que: “ ... en el río Cunhuá viven los Catuinas, Mamaoris, Pauquiris, Tucumandubas y Beidamans, en el Piranhas los Jamamadios, Canamadis y Jarauaras, en Curiá viven los Jamamadis y Araçadanis y en el Riozinho los Marimans; formando tal vez la mayor población indígena del río Purus, con un total de más de mil almas, según diversas informaciones que tuve” (Informe de la 1ª (Inspetoria) Inspección Regional del SPI, en relación a los trabajos del PIN Marienê, 1943).

La presencia de ocupantes no indios en la TI se relaciona íntimamente con el proceso de ocupación y explotación que predominó en el Purus durante la economía fuertemente relacionada con el caucho, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Con el objetivo de sustentar la empresa de la extracción del caucho, el Estado dio diferentes incentivos y patrocinios, en el sentido de trasladar la mano de obra de la región del Nordeste hacia el río Purus. Se produjo, asimismo, una omisión por parte del Estado en lo que ser refiere a la defensa de los territorios indígenas.

Según Darcy Ribeiro (1982: 42-9), la ocupación patrocinada por el gobierno en la región de los ríos Juruá-Purus fue realizada de manera tan violenta que, en un corto período de tiempo, la región, que era una de las áreas amazónicas de mayor población indígena, se despobló en forma proporcional al surgimiento de núcleos civilizados. Se sabe que existían poblaciones indígenas que ni siquiera fueron registradas. Durante esa ocupación, los extractores de caucho justificaban el empleo de la violencia alegando que los indígenas robaban sus instrumentos de trabajo; así organizaban expediciones con el objetivo de ponerle fin a sus “problemas”, lo que se daba con la expulsión o el exterminio de los indios y la toma de posesión de las tierras en donde había árboles de caucho. Tales expediciones se volvieron conocidas en toda la región amazónica como “correrías”. Con la decadencia de la explotación del caucho, apenas algunos de los antiguos extractores continuaron en el lugar.

Aldea y sociedad

Los Banawá están distribuidos en cuatro aldeas. La principal de ellas está localizada en las cercanías del curso superior del riacho Banawá, en donde se encuentra el mayor número de habitantes, casi el 70% de la población total de ese grupo. Esta aldea está implantada en dos filas de casas, lado a lado, distando aproximadamente diez metros cada una. Cada fila está localizada a cada lado de la pista de aterrizaje. La disposición de la casa líder de la aldea (Bidu) es central. Al frente de esta casa, y del otro lado de la pista se encuentra la casa de los misioneros, también en el área central, toda de malla, cerrada y encadenada, con un pozo y antena de radio.

La forma constructiva adoptada para erguir las casas, en la mayoría de los casos, obedece al patrón regional de palafitos. Existe, de todos modos, un tipo de construcción en las que las casas están completamente cerradas con paja, desde el techo hasta las paredes, siendo el suelo conformado por tierra batida. Este tipo de construcción es bastante parecida a aquella construida para confinar a las jóvenes niñas indígenas al menstruar por vez primera.

Las otras tres aldeas cuentan con una pequeña población, aproximadamente del 10% del total de los Banawá. Tal “descentralización” se debe al hecho de que sus habitantes no siguen el patrón socialmente aceptado dentro de la aldea principal. En la aldea Cachimbo, localizada a la vera del riacho Banawá, en su curso medio, se encuentra sólo una casa en donde viven dos hermanos que bebían en demasía. En la aldea Apituã, reside la familia de un indígena que fue expulsado de la aldea central por haber matado a un pariente. En la aldea Paraíba, finalmente, están aquellos habitantes considerados “mezclados” y que también mantienen algún tipo de conflicto con los residentes de la aldea principal. Tal aldea se localiza en la boca del riacho Banawá, y está compuesta por tres casas en donde viven algunos Banawá, aunque predominan los no indios casados con mujeres de la aldea principal.

Existe aún otra especie de casa localizada en los campos de cultivo. Estas casas provisorias se construyen con piso de tierra batida y sin paredes, apenas con hojas de paxiúba.

Los Banawá relatan que, antiguamente, no vivían en un lugar fijo, tal como ocurre en la actualidad. Aunque sus traslados estuviesen restringidos a tierra firma, situada entre los ríos Purus y Piranha, la fragmentación en grupos menores y la consecuente formación de nuevas aldeas ocurría con frecuencia. Tanto este tipo de tránsito como la ausencia de una “morada correcta” son las características encontradas entre otros grupos de la familia lingüística Arawá, como los Hi Merimã y los Paumari.

Una de las posibles motivaciones para tal actitud puede ser explicada por el hecho de que estos grupos pertenecieron (o habrían pertenecido) a subgrupos hostiles entre si. Según los estudios acerca de los pueblos de la familia lingüística Arawá, se sabe que las acusaciones de hechicería tienen por consecuencia la ocurrencia de conflictos internos, que producen fisiones y migraciones de los grupos en cualquier momento.

Vida religiosa

La muerte, entre los Banawá, es relatada con una gran riqueza de detalles. Ellos cuentan que entierran a sus muertos en sepulturas localizadas en las proximidades de las aldeas y tienen la costumbre de alimentarlos con ofrendas durante algunos días hasta que el “alma” abandona el cuerpo físico. Las pertenencias del muerto, tales como flechas, cerbatanas u ollas, son igualmente depositadas sobre la sepultura. Los Banawá creen que aquel que muere sale para comer haciendo ruidos que pueden ser oídos por los vivos.

Con relación al chamanismo, de acuerdo a los relatos de los Jamamadi, los payés mantienen, mientras dura su iniciación, un largo período de exclusión de la convivencia social. Tal exclusión ocurre también entre las niñas Banawá durante su entrada en la adolescencia. Con la primera menstruación, las adolescentes son aisladas y recluidas en el espacio doméstico. Se construye una casa pequeña, la que, vedada, para la niña “que se forma”. Puede salir, en general, por la noche, apenas para realizar sus necesidades fisiológicas. No puede ser vista, bajo ningún concepto, por ningún hombre de la aldea. Al terminar su período de reclusión se realiza una fiesta en donde la niña es castigada con varas dado que, según los Banawá, existe el peligro de que se manifiesten enfermedades.

Culto protestante

Recientemente, se vienen realizando otro tipo de rituales en función de la presencia de los misioneros de la JOCUM (Jóvenes con Una Misión-Jovens com Uma Missão) y de la SIL (Sociedad Internacional de Lingüística- Sociedade Internacional de Lingüística): el culto en lengua Banawá, que cuenta con una gran participación de la comunidad. Primero, todos oran a media voz, cada uno realiza su propia oración. Bidu, líder Banawá, ora por todos los lugares que conoce: Porto Velho, Ji Paraná, São Paulo - ciudades que conoció en la compañía de los misioneros -, inclusive lo hace en relación a las vecinas Canutama y Lábrea, situadas dentro de la región del río Purus. Después de eso, un niño comienza a cantar y tocar la guitarra, enseguida, todos lo acompañan por aproximadamente una hora. Al final de la cantata el misionero, o un pastor indígena, realiza un discurso en lengua Banawá. Apenas algunos términos dejan de ser traducidos, tales como Jerusalén, olivera y Jesús. Posteriormente se verbaliza un discurso basado en el trecho de la Biblia ya traducido, y todos lo acompañan con su ejemplar impreso. Comienza nuevamente una extensa cantata y luego se da otra momento de oraciones en voz baja y, sólo entonces, el culto termina.

Actividades productivas

Las actividades productivas desarrolladas por los Banawá, así como los demás pueblos indígenas de la región, se basan en la producción agrícola, en la caza, la pesca y en la recolección.

Los campos de cultivo Banawá son grandes y pertenecen a determinadas familias. Plantan diversos tipos de productos: mandioca brava, mandioca, banana, piña o ananá, palmito y caña de azúcar, básicamente. El campo de cultivo cuyo principal producto es la mandioca recibe una denominación específica: kua’ma, o sea, “campo de cultivo para hacer harina”. Sus campos se ubican en las proximidades de las aldeas, cerca de los riachos da Pedra, Apituã, Sitiari y Banawá.

Los campos de cultivo antiguos o “capoeiras” tienen también una gran importancia dado que son lugares en donde es posible recolectar frutos, además de ser el espacio en el que determinados animales van a buscar alimento, constituyendo, por lo tanto, excelentes para caza.

Se sabe que los Banawá tienen una gran habilidad para la caza, tanto en día como durante la noche. Se valen del arco, de la flecha y la escopeta. El alimento más apreciado es el anta, dado que su carne rinde para una aldea entera, pudiendo ser ahumada o cocida y servida como caldo. El catitu también es bastante importante, pudiendo ser asado en su propia grasa y luego consumido con la ralladura del limón. Cuando no abundan los animales mayores, los Banawá elaboran caldo con aves (papagayos y nambú, por ejemplo) que son fácilmente encontradas.

El cronista Steere, ya en 1873, en su visita a una aldea Jamamadi, aprendió las estrategias de caza todavía utilizadas por los Banawá, tales como atraer a los animales por medio de la imitación de los sonidos que producen: “(…) y el imitó las voces de los papagayos y tucanes y después los gritos de los tapires, pecaríes y monos, con admirable semejanza. Después imitó tan vivamente el rugido extraño y ronco del jaguar que sentimos escalofríos. El arte de imitar las voces de los animales es empleado en la caza” (1949: 77).

Existen varias formas de clasificar la fauna. Una de ellas refleja el conocimiento que los Banawá tienen de los hábitos y del tiempo que determinados animales pasan en su hábitat. De acuerdo con el medio en el que permanecen por más tiempo, el papagayo, el mono barrigudo, el guariba (un tipo de mono) y otros, son clasificados a través de una categoría que designa su permanencia en la copa de los árboles. Para los animales que pasan la mayor parte del tiempo en la tierra y en ella se desplazan, como el anta, el tatú, el catitu (tupi taytetú), el venado, la cotia, el oso hormiguero y el jabuti (tipo de tortuga de tierra), se presenta una categoría designando esta clase. Y, por su parte, a aquellos animales que se desplazan en lugares intermedios, entre las copas de los árboles y el suelo, entre los cuales están el tucán, el nambú, el coatí y algunas aves pequeñas, se les atribuye otra categoría. Por su parte, los animales de agua no entran en estas clasificaciones.

En relación a la pesca, se trata de una actividad que no está entre las principales preferencias de los Banawá, pero pueden practicarla cuando no encuentran carne de caza. Existe una denominación específica para cada riacho de acuerdo con el tipo de pez que allí abunda: Aba'fa, lugar donde hay abundancia de matrinxã (Brycon amazonicus); Awida'fa, o Quaru, tal como es conocido por los no indios, el área donde existe una gran cantidad de piau (Leporinus steindachneri).

La recolección, actividad ampliamente practicada para la construcción de viviendas, fabricación de un sinnúmero de artefactos y venta de excedente, se realiza en toda la extensión de la TI Banawá. Los principales productos extraídos son la paja, la castaña, el aceite de copaíba (Copaifera sp) y la andiroba (Carapa guianensis Aubl.). Los Banawa no temen recorrer grandes distancias para realizar este tipo de actividad. Las áreas principales que son utilizadas para estas actividades productivas son las adyacentes a los riachos Citiari y Wifa, al norte, así como las que se ubican en las cercanías a las cabeceras de los riachos Quaru, Geuissuã y Apituã, todos localizados al sur de la Tierra Indígena.

Medio ambiente

En términos ambientales, la región media del Purus es considerada un área bastante preservada y abundante en recursos naturales. Las áreas imprescindibles para el bien estar físico y cultural del pueblo Banawá se sitúan en la región de la tierra firma, entre la cuenca del río Piranha, al oeste, y la cuenca del río Purus, al este de la Tierra Indígena.

La tierra inundable que caracteriza el río Purus es rica en sedimentos, dado que sus ríos nacen en la región Andina, en donde el proceso de erosión es intenso. La gran cantidad de vegetación cargada por la corriente funciona como una especie de fertilizante en la medida en que el río se va secando y dejando parte de esa materia orgánica en las playas y orillas de los lagos. Las plantas en descomposición y la vegetación acuática facilitan un nuevo ciclo que estimula el crecimiento de nuevas plantas.

Se producen, durante la época de las inundaciones, condiciones de vida más favorables para los animales acuáticos, mientras que los animales terrestres tienden a estar, con una mayor frecuencia, concentrados en función de la cantidad de agua disponible. Los Banawá se encuentran en la tierra firme localizada en las proximidades de las tierras inundables del río Purus. La época de las inundaciones es en la que ellos se benefician con mayor facilidad del ecosistema de tierras inundables en lo que se refiere a los aspectos relativos a la caza. Por otro lado, cuando se inicia el período seco de los ríos, crece la demanda por peces. El río Piranha, en su curso medio, es uno de los límites de la Tierra Indígena Banawá. Sus tributarios principales son aquellos localizados dentro de los límites de la Tierra Indígena Jamamadi, Jarawara y Kanamanti, además de aquellos que les son vitales a los Banawá, ya mencionados anteriormente. En el límite este de la Tierra Indígena se ubican los tributarios del río Purus: Apituã, Quaru, riacho da Lata o wati'lata. Podemos encontrar también los tributarios localizados al noroeste de la TI: riachos Cotia y Citiari. Todos estos riachos son importantes para la cultura Banawá, tanto en lo que se refiere a los aspectos de los recursos utilizados como a la propia instalación de sus aldeas.

Será necesario que se tomen medidas de control y fiscalización en lo que respecta a la explotación maderera que, en la actualidad, ejerce una gran presión sobre estas áreas que son imprescindibles para la preservación de los recursos necesarios para el bienestar físico y cultural del pueblo Banawá. Además de lo mencionado, será necesario regularizar el comercio de los productos provenientes de la extracción de los recursos naturales de los que estos indígenas son los principales abastecedores. De lo contrario, con el actual modelo de explotación económico implantado durante la época de oro del caucho, se producirá escasez en los recursos naturales, que en la actualidad abundan.

Fuentes de Información

  • BULLER, Barbara; BULLER, Ernest; EVERETT, Daniel Leonard.  Stress placement, syllable structure, and minimality in Banawa.  International Journal of Amer.  Linguistics, Chicago : Univ. of Chicago Press, v. 59, n. 3, p. 280-93, 1993.