De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Priscila Matta, 2003

Kokama

Autodenominación
¿Donde están? ¿Cuántos son?
AM 19052 (Siasi/Sesai, 2020)
Colombia 236 (, 1988)
Peru 11370 (INEI, 2007)
Familia linguística
Tupi-Guarani
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Habitantes de las márgenes del Solimões, el contacto de los Kokama con la sociedad no indígena se remonta a las primeras décadas de la colonización. Los desplazamientos y el establecimiento forzado en aldeas, impuestos primero por las misiones y después por los frentes de extracción, crearon un contexto tan adverso para la reproducción física y cultural de estos grupos, que motivó la negación de la identidad indígena durante muchas décadas. Desde la década de 1980, sin embargo, la identidad Kokama es cada vez más valorizada en el contexto de sus luchas políticas - que incluyen a otros pueblos indígenas del Solimões - por la tierra y el acceso a programas diferenciados de salud, educación y alternativas económicas.

Ubicación y población

En el 2005, la población Kokama conocida en Brasil era de 786 personas (Cimi, 2005), distribuidas en comunidades ubicadas en el curso alto y medio del río Solimões, en el Estado de Amazonas, principalmente en los municipios de Tabatinga, São Paulo de Olivenza, Benjamin Constant, Amaturá , Santo Antonio do Içá, Tocantins, Fonte Boa, Tefé y Jutaí. Por otro lado, el CGTT - Consejo General de la Tribu Ticuna, que tuvo convenios con la Funasa – Fundación Nacional de Salud – en el tratamiento de la salud indígena en la región del Alto Solimões, dice que los Kokama suman 9000 indios, según datos del 2003. 

En el Perú, la cantidad de personas de este grupo es mucho mayor, ascendiendo a alrededor de 19 mil en el 2003 (véase Ramos). En Colombia suman 792 personas (UNESCO, 2004). 

Vea en el menu a la derecha las Tierras Indígenas (TIs) habitadas por los Kokama en territorio brasileño.

Idioma

La lengua kokama fue clasificada como parte de la familia tupí-guaraní, tronco tupí. Es muy similar a la lengua de los Omagua (Kambeba). Estudios posteriores indican que su origen está ligado a las varias migraciones de los grupos Tupí del Brasil hacia regiones del Perú en tiempos pre-contacto. Se supone que se trata de una lengua que es producto de la interacción de algunos grupos indígenas en la región del Alto Marañón, en las proximidades de los ríos Huallaga, Ucayali y Napo, teniendo la lengua tupinambá como principal fuente lingüística del Kokama, aportando aproximadamente 60% del vocabulario. 

En el Perú, aproximadamente el 2,5% de una población de 19 mil Kokama se expresa en su lengua nativa. En Brasil son pocos los que poseen fluidez y no se tiene datos sobre comunidades que utilicen el Kokama, así sea como segunda lengua (Ramos, 2003).

Historia

Las primeras referencias a los Kokama, suministradas por exploradores y misioneros en los siglos XVI y XVII, sitúan sus principales asentamientos en la parte media y baja del río Ucayali, un afluente meridional del Amazonas peruano. A inicios del siglo XVI, los Kokama que vivían en esa región mantenían contacto con Juan de Salinaso,  el primer europeo en llegar a ellos. La expedición de Ursua y Aguirre al Amazonas en el período 1560-1, narrada por el capitán Altamirano, informa sobre el encuentro con esos indios en la desembocadura del Ucayali. En la región cercana a la parte superior del río Amazonas, incluyendo a los ríos Marañón, los cursos bajos del Huallaga y Ucayali así como el río Napo, la conquista misionera ya había llegado a los Omágua (Kambeba) y Kokama desde 1547. 

El frente jesuítico misionero se estableció en la Amazonía con mayor fuerza a través de la actuación de los sacerdotes Samuel Fritz y Richler, quienes comenzaron trabajos de catequesis para los Omagua, Assuare, Ibanoma, Taumã, Xebeco y Kokama. En territorio brasileño, la misión de San Joaquín de Omagua, coordinada por Fritz, se instaló en el Putumayo (Içá) y otras 27 fueron fundadas durante las décadas siguientes. Durante mucho tiempo, los jesuitas tuvieron una posición privilegiada en la formulación y ejecución de la política indígena en los territorios de América, y fueron entonces los principales responsables por la concentración de los diferentes grupos étnicos en los asentamientos misioneros. 

A finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, los portugueses avanzaron hacia el río Amazonas. Con la transmisión del poder de las misiones jesuitas españoles a los carmelitas portugueses en 1710 comienza el período de las llamadas "Tropas de Rescate" portuguesas que, a través de incursiones devastadoras, penetran en el área de las misiones, provocando su abandono y la retirada de los sobrevivientes. 

En el siglo XIX, la legislación imperial sigue siendo anti-indígena, estableciendo prohibiciones formales, incentivos oficiales para la esclavización de los indios y la organización de acciones armadas destinadas a extender la colonización de los territorios ocupados por ellos. En el período 1750-1850, toda la información disponible sobre la situación de las poblaciones del alto Amazonas son consistentes en informar sobre la inestabilidad de los núcleos indígenas, que sufrieron bruscas  variaciones poblacionales. 

El proceso de extracción del caucho introdujo en la región nuevos intereses, técnicas y formas de ser. La situación posterior a 1870 implica nuevas formas de presión sobre los grupos indígenas del Alto Amazonas. Los recolectores de castaña y los caucheros ocupaban en ese momento áreas cada vez más extensas, alcanzando las regiones de grupos indígenas que hasta entonces vivían de acuerdo a su economía tradicional, basada en la agricultura, la caza y la pesca. 

El proceso de extracción requería de la incorporación de nuevas áreas de tierra y la extensión de la mano de obra disponible, ya bastante escasa después de la abolición de la esclavitud en 1888, y la región cercana al Solimões constituía un considerable reservorio natural de caucho. Sin embargo, con la caída de los precios internacionales de este recurso en el siglo XX, los jefes del caucho comenzaron a utilizar la mano de obra indígena en la extracción de madera, la agricultura, la producción de harina, la caza de animales con pieles de valor comercial y en la pesca. 

A principios del siglo XX, la población Kokama que habitaba en la Amazonía peruana, cerca de la ciudad de Caballocha, comienza un movimiento continuado de migración hacia la parte superior del Solimões en Brasil. Pero la mayoría del grupo, por cierto, permaneció en el territorio de origen, haciéndose referencia en 1936 a aldeas Kokama situadas en el Ucayali, entre las ciudades de Iquitos y Contamaná, así como el curso inferior del río Tapiche. De acuerdo con un documento de 1943, aquellos que habían emigrado a Brasil a lo largo del Solimões se establecieron, entre otros lugares, en los ramales del Tauaré, de las Panelas y de la Floresta. 

Así, factores externos como la inserción en las misiones en un primer momento en la historia de contacto, junto con los frentes de extracción que se asentaron en la región del alto Amazonas algunos siglos más tarde, provocaron el desplazamiento de muchos grupos indígenas de sus territorios tradicionales. También se debió a las realidades sociales impuestas el hecho de que a fines del XIX parte de los Kokama se desplace del Perú y Colombia hacia Brasil, insertándose en el esquema de explotación del caucho. 

La Hermandad de la Santa Cruz

Otra motivación importante para las posteriores migraciones de los Kokama hacia Brasil fue el movimiento mesiánico que llegó a ser conocido como la Hermandad de la Santa Cruz. Entre 1971 y 1987 numerosas familias Kokama emigraron de la ciudad de Nauta, en el Perú, y de muchas lugares de residencia en las orillas del río Marañón (cerca de su confluencia con el Ucayali) hacia el interior del bosque. Se llamaban unos a otros de "hermanos" y comenzaron a formar nuevas comunidades, mientras esperaban el inminente fin del mundo. Entonces emprendieron una marcha hacia una ciudad santa en el río Juí, un afluente del Içá (continuación del Putumayo) en territorio brasileño. 

El líder del movimiento era un profeta brasileño, probablemente mestizo, conocido como Francisco da Cruz. Él visitó comunidades de los principales ríos de la Amazonía peruana (Ucayali, Amazonas, Marañón), donde fue predicando su doctrina sobre la última reforma de la cristiandad y el fin del mundo. Cuentan que curaba enfermos, enseñaba técnicas agrícolas, plantaba cruces y fundaba nuevas comunidades religiosas, así como dictaba reglas de la vida para los que serían sus seguidores. 

Seguido de una multitud de adeptos - en su mayoría indígenas – el Hermano Francisco llegó entonces a las ciudades peruanas de Pucallpa, Iquitos y Nauta, donde procuró contactar a las autoridades civiles y católicas con la intención de ser oficialmente reconocido como el último reformador del cristianismo. Finalmente, descendió por el río Amazonas con la intención de llegar a Colombia, pero fue detenido en la frontera acusado de "comunista" y arrestado por las autoridades brasileñas. 

Después de unos días fue liberado debido a la presión de sus seguidores, pero firmó el compromiso de restringirse al interior del bosque. El Hermano Francisco decidió entonces subir de nuevo el río Içá (Putumayo) y fundó allí, en uno de sus afluentes, en el Juí, su residencia definitiva y la sede central del movimiento. Allí se quedó con sus seguidores hasta 1982, cuando murió dejando como sucesor a un indio de origen tupinambá que más tarde tomará el nombre de Francisco Neves da Cruz (Agüero, 1994: 7).

Organización social y cultura material

Las relaciones familiares son la base de la organización interna de los Kokama y hay una estrecha relación entre la proximidad física y genealógica en la disposición de las casas. Una comunidad está formada esencialmente por grupos de parientes y existen fuertes vínculos entre ellos. 

Todos las aldeas se organizan de acuerdo con los mismos criterios de disposición espacial de las casas: en fila y muy próximas entre sí, con sus fachadas orientadas hacia los cursos de agua y sus fondos hacia las áreas forestales. Hay partes cultivadas en la parte posterior y a los lados de las casas. Estas son construidas sobre pilotes, de manera que en las inundaciones sólo sus pilares están sumergidos (Ramos, 2003). Anteriormente, sus casas eran bajas con techo a “dos aguas" (de modo que el techo llegaba casi hasta el suelo), apoyadas en pilares y cubiertas con hojas de palma asentadas en varas(Agüero, 1994). 

En lo que respecta a la organización social kocama en el período anterior al contacto más intenso con los no-indios, se tiene poca documentación. Sin embargo, algunos datos indican que vivían en malocas agrupadas en familias extensas (un padre con sus hijos y yernos). La regla de residencia post marital fue probablemente patrilocal, así como la descendencia era patrilineal (Agüero, 1994:44). 

La organización política kocama es tradicionalmente acéfala y descentralizada. Los jefes circunscriben su autoridad al grupo doméstico o familia extendida, y ella sólo podría llegar a expandirse en caso de guerra. 

Tradicionalmente, los hombres se ocupaban de pesca y caza, la fabricación de instrumentos tales como arcos, flechas, anzuelos, etc. Las mujeres se preocupaban de la preparación de comida y bebida, pero también ayudaban a sus maridos, especialmente, en el cultivo de los campos y el transporte de frutos a la casa. 

En relación a la cultura material, tradicionalmente los hombres kocama se vestían - como los Omagua - con una cushma, especie de camisa que les llegaba hasta las rodillas con diseños geométricos en color púrpura, azul, amarillo, entre otros. Las mujeres usaban una especie de túnica de algodón atada a la cintura y que las cubría hasta las rodillas, acompañado de un chal sobre los hombros. Los Kokama también llevaban adornos de plumas, cinturones de algodón, pulseras, brazaletes y tobilleras. Además, tradicionalmente también hacían - y hoy en día continúan haciendo - cestas cilíndricas con dibujos hexagonales y cedazos hechos con hojas y cortezas  (Agüero, 1994:41). 

Otro aspecto de la cultura contemporánea kokama a destacar es el ajuri, que consiste en el trabajo colectivo de varios grupos familiares seguido de una comida en conjunto y el consumo de su bebida tradicional, el pajuaru, elaborada a partir de la fermentación de la yuca. Este hábito es compartido con otros grupos indígenas de la región de Solimões como los Kambeba y los Tikuna.

Cosmología y chamanismo

Hasta el momento en que empezaron a convivir intensamente con la sociedad no indígena, los Kokama eran un pueblo de tradición guerrera. Según fuentes históricas, salían en expediciones de 40, 60 o más canoas al encuentro de sus enemigos. Tenían la costumbre, común en otros grupos amazónicos, de cortar las cabezas de los enemigos con ellos y promover con ellas grandes festines (Figueroa, 1904 apud Agüero, 1994:43). 

Tradicionalmente, la vida después de la muerte era concebido por los Kocama como un estado desprovisto de limitaciones y sufrimientos, en el que se goza sin medida de todos los bienes corporales que son difíciles o peligrosos durante la vida en la tierra. En esa otra vida reencuentran a sus parientes y se puede vivir el ideal de comer, beber, cantar y danzar con las cabezas de sus enemigos. 

En vida, son los chamanes quienes tienen acceso a esos otros niveles del cosmos. El relato de un misionero (Figueroa, 1904 apud Aguerro, 1994: 48) señala cuatro clases de chamanes entre los Kocama: los sopladores, que eran aquellos que curaban a través de soplos en el aire, en sus propias manos o en la parte infectada del cuerpo del paciente. También soplaban la comida y la bebida, que enseguida era dada como un medicamento al paciente. El tratamiento se completaba dando al paciente una bebida compuesta de tabaco, a veces mezclado con otras hierbas. Todos estos gestos eran acompañados de invocaciones a los espíritus. 

Otro modalidad era la de los cantadores, que se instalaban en un lugar próximo al del enfermo entonando cánticos para invocar a los espíritus encarnados en las aves o en otros animales y rezar para que el alma del enfermo no le abandonase. 

Otro tipo de chamán era el chupador, que curaba por la succión de la parte afectada del paciente con el fin de extraer el hechizo. Por último, estaba el ayunador, que se valía de ayunos rigurosos, a los cuales también debía someterse el enfermo y sus familiares más cercanos, con el fin de descubrir el origen del mal. 

Entre los chamanes más famosos, estaban aquellos que se habían apartado de la comunidad y se retiraban a una choza, donde ayunaban e invocaban a los espíritus durante varios días, al cabo de los cuales regresaban con el mensaje que habían recibido de los espíritus sobre la causa del daño. La otra clase, que es más conocida hasta el presente, hacía uso de plantas alucinógenas, sobre todo ayahuasca, también llamada soga. Los rituales de consumo de la ayahuasca duraban toda la noche e involucraban a muchos participantes (Agüero, 1994: 49). 

Luego que comenzaba a beber ayahuasca, el chamán invocaba en voz alta y se debatía con el espíritu para que le escuchase. En un segundo paso, caía desvanecido y el espíritu se apoderaba de su cuerpo. Por último, su alma realizaba un vuelo y el espíritu hablaba por su boca. En otros casos, el alma del chamán realizaba el vuelo, abandonando el cuerpo, y a su regreso contaba por donde había pasado y con quién había interactuado. Este chamán es actualmente conocido entre los Kocama peruanos como "banco", porque los espíritus se sientan sobre él. 

En la actualidad, los Kokama conservan la denominación Sume para el chamán, que se comunica con el mundo sobrenatural a través del ayahuasca. El dios Ini Jará, después de crear la tierra y los hombres, subió a los cielos, desde donde cuida a los hombres. El Sume es su representante en la tierra (: 50)

Economía y medio ambiente

Los Kokama son fundamentalmente pescadores y agricultores. Ellos practican una economía de subsistencia en la que la unidad de producción es el grupo doméstico, que corresponde, en la mayoría de los casos, a la familia nuclear, compuesta de padre, madre e hijos solteros. No obstante, el grupo doméstico puede estar temporalmente compuesto de la familia ampliada o parentela. 

La yuca es el producto agrícola más consumido y cultivado. La harina, además de tener un papel importante en la dieta diaria, figura como un importante medio de intercambio interno y comercialización. Regionalmente, además de la harina, los productos que tienen valor en el mercado son madera, miel de jandaíra, castaña, plátanos, pescado, pollos y cerdos, además de frutas cultivadas o recogidas. Otras fuentes de ingresos son las pensiones que algunas personas mayores reciben, los salarios pagados a los maestros y agentes de salud indígenas por parte de los respectivos municipios y la asociación con productores locales en la crianza de ganado (Ramos, 2003). 

La mayoría Kokama habita en zonas con predominio del ecosistema de varzea [humedales], que puede ser "varzea alta" o "varzea baja". La primera clase de varzea se inunda de forma esporádica, cuando ocurre un gran desborde. En ella, los indios cultivan plantas perennes y semi perennes, como el cacao, la guayaba, el coco, la palma de açaí, limón, plátano, etc., cuya producción se destina a la subsistencia de las familias de la aldea. Mientras que en el área de la varzea baja, que se inunda periódicamente con la subida de las aguas del río Solimões, los indios plantan cultivos de ciclo corto, como sandía, maíz, frijol y calabaza, cuya producción es comúnmente destinada al consumo interno y el excedente a la comercialización en el mercado regional. Es importante hacer hincapié en la importancia de los cultivos de tubérculos (la yuca, el ñame y el camote), que se plantan en ambos tipos de humedales.

En promedio, los Kokama utilizan menos de media hectárea para la apertura de nuevas rozas. El sistema de trabajo para la preparación del suelo y la siembra de los cultivos se divide en dos etapas: en la primera, las familias indígenas se aglutinan en forma colectiva en el ajuri (trabajo colectivo seguido de comida conjunta) para la limpieza del terreno. En la siguiente etapa, las tareas agrícolas son realizadas por los miembros de cada unidad familiar, procediéndose entonces a la siembra, el cultivo, la cosecha y el "beneficio" o procesamiento (tal como la producción de harina).

La pesca es la actividad económica fundamental para la obtención de proteínas, que es una parte integral de los hábitos alimenticios. También es una fuente importante de ingresos monetarios por la venta del pescado en el mercado regional. Los instrumentos que se utilizan para la pesca son el espinel, la flecha y el curico, que es utilizado como el timbó. Esta actividad es exclusivamente masculina. Las especies más apreciadas y consumidas son el pirarucu, el tambaqui, la curimatã, el pacú, la matrinchã, la cachama blanca, la sardina, la piraña, el pez gato, el carauaçu y el tucunaré. 

La caza representa una fuente adicional de proteínas para los Kokama, sobre todo durante las inundaciones, cuando el pescado escasea. Cazan aves como mutum, perdices, nambú [Tinamusguttatus], maguari, mergulhão, y animales como cocodrilo y monos, los negros, capuchinos [Sapajus] y de-cheiro [Saimiri sciureus L.]. Actualmente, la obtención de estos animales se realiza principalmente con armas de fuego (rifles). Por otra parte, los Kokama también acostumbran criar animales domésticos tales como patos, gallinas y cerdos para el consumo, e incluso perros que ayudan en la búsqueda de la caza cuando es necesario.

La recolección es también una actividad practicada con asiduidad por el grupo, especialmente cerca de la aldea. Los recursos más procurados son frutas y raíces, así como madera, paja, bejuco titica e imbé, utilizados en la construcción de casas y otros artefactos. Los frutos silvestres que los Kokama aprecian son acaí, bacaba [Oenocarpus bacaba], bacuri [Platonia insignis], inga, camu-camu, achiote y buriti [aguaje, fruto de la Mauritia flexuosa] , entre otros.

Fuentes de información

  • AGÜERO, Oscar Alfredo. El milenio en la Amazonía Peruana : mitologia tupi-cocama o la subversión del ordem simbolico. Lima : CAAAP ; Quito : Abya-Yala, 1994. 259 p. (Biblioteca Abya-Yala, 9)

. Social change and symbolic expression : a case of religious ethnodynamism among the Tupi-Cocama of the Peruvian Amazonia. Uppsala : Uppsala University, 1971. 135 p. (Tese de Doutorado)
  • CABRAL, Ana Suelly. Contacta-induced language change in the Western Amazon : the non-genetic origin of the Kokama language. Pittsburg : Univer. of Pittsburg, 1995. 415 p. (Tese de Doutorado)

 

  • FAULHABER BARBOSA, Priscila. O lago dos espelhos : etnografia do saber sobre a fronteira Tefe/Amazonas. Belém : MPEG, 1998. 215 p. (Coleção Eduardo Galvão).

 

  • FIGUEROA, Francisco. Relación de las misiones de la Companhia de Jesús em el país de los Maynas. Madrid : Libreria General de Victoriano Suárez, 1904.

 

  • FREITAS, Antonio Braga & COUTINHO Jr., Walter. Relatório de identificação e delimitação da Terra Indígena Acapuri de Cima. Brasília : Funai, 1999.

 

  • GOW, Peter. "Ex-Cocama" : identidades em transformação na Amazônia Peruana. Mana, Rio de Janeiro : Museu Nacional/PPGAS, v. 9, n. 1, p. 57-79, 2003.

 

  • PEREIRA, Henrique dos Santos. Castanha ou farinha : balanço energético comparativo das atividades agrícola e extrativista dos Kokamas. In: EMPERAIRE, Laure (Ed.). A floresta em jogo : o extrativismo na Amazônia central. São Paulo : Unesp, 2000. p. 69-78.

. Castanha ou farinha : bilan énergétique comparé des activites extractiviste et agricole chez les Kokama. In: EMPERAIRE, Laure (Ed.). La forêt en jeu : l’extractivisme en Amazonie centrale. Paris : Orstom/Unesco, 1996. p. 63-72. (Latitudes, 23)
  • RAMOS, Luciana Maria de Moura. Relatório circunstanciado de identificação e delimitação da Terra Indígena São Domingos do Jacapari e Estação. Brasília : Funai, 2003.

 

  • RIVAS, Roxani. La mujer cocama del bajo Ucayali : matrimonio, embarazo, parto y salud. Amazonía Peruana, Lima : CAAAP, v. 12, n. 24, p. 227-42, jun. 1994.

 

  • SOARES, Marília Lopes da Costa Facó. A perda da nasalidade e outras mutações vocálicas em Kokama, Asurini e Guajajara. Rio de Janeiro : UFRJ, 1979. (Dissertação de Mestrado)

 

  • VICTER, Rogério Santos. Carisma e rotina na sucessão de uma liderança religiosa : a participação dos índios Cocama na renovação da Irmandade de Santa Cruz. Rio de Janeiro : UFRJ, 1992. 176 p. (Dissertação de Mestrado).

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