De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010

Tapayuna

Autodenominación
Kajkwakratxi
¿Donde están? ¿Cuántos son?
MT 167 (Siasi/Sesai, 2020)
Familia linguística

Meninas tapayuna na aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.
Meninas tapayuna na aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.

 "Tenemos que dominar a los blancos, que son muy salvajes". Esta era una frase escuchado muy a menudo por los misioneros jesuitas durante los contactos con los Tapayuna. (1)

Los Tapayuna vivían originalmente en la región del río Arinos, cerca de la ciudad de Diamantino, en Mato Grosso. Su territorio tradicional tenía una diversidad de recursos naturales como el caucho, madera y minerales, y por esta razón fue saqueado innumerables veces por caucheros, mineros informales y madereros, entre otros invasores no indígenas.

En la década de 1970, el grupo fue víctima de un envenenamiento con la carne de un tapir, ofrecida a los indios por los invasores. Los 41 sobrevivientes fueron trasladados al Parque Indígena del Xingú, viviendo inicialmente en la aldea de los Kĩsêdjê (más conocidos como Suyá), que también hablan una lengua de la familia Jê.

En la década de 1980, con la muerte de un importante líder y chamán, una parte del pueblo Tapayuna fue a vivir con los Mebengôkrê (Kayapó), en la Tierra Indígena Capoto-Jarina. El hecho de que los Tapayuna viviesen en aldeas kĩsêdjê y mebengôkrê provocó el debilitamiento de su lengua y cultura.

En 2010, la población fue estimada en alrededor de 160 personas que estaban distribuidas en aldeas en la Tierra Indígena Wawi y en la Tierra Indígena Capoto-Jarina.

Notas

(1) "Beiço-de-Pau não atira para matar" (Gontran da Veiga Jardim). In: Correio da Manhã, 05/10/1967.

Nombres

Transportando mel. Foto: João Américo Peret, 1969.
Transportando mel. Foto: João Américo Peret, 1969.

Se llama Tapayuna a los indios que habitaban en la afluentes de la orilla izquierda del curso superior del río Arinos. El nombre fue mencionado por Bartolomé Bossi, viajante del río Arinos, en el siglo IXI, y por Nicoláo Badariotti, explorador del norte de Mato Grosso, a finales de ese siglo.

"Una tribu feroz que se llama Tapañuna domina el desierto desde el rio de los Patos hasta las inmediaciones del salto augusto, y esos indios atacan con frecuencia las canoas" (Bartolomé Bossi, 1863).

"Zozoiaça me explicó cómo pocas lunas antes los Parecis habían tenido una lucha feroz contra la tribu de los Tapanhunas, y que habían sido derrotados ... Zozoiaça, que había tomado parte en el combate, describiendo a los Tapanhunas, decía que son negros, de aspecto horrible y que rugen como fieras", (Nicaláo Badariotti, 1898).

Como los hombres tapayuna siempre aparecen con una rueda de madera en el labio inferior, fueron llamados por los pioneros como Beiço-de-Pau (Labio-de-Palo), el único nombre por el cual eran conocidos en la región del río Arinos.

Los Tapayuna se llaman a sí mismos Kajkwakratxi que significa "tronco del cielo", debido a que este pueblo vivía en la dirección donde aparece el sol naciente.

Ubicación y población

Gravações de atividades do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz Matos, 2010.
Gravações de atividades do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz Matos, 2010.

Los Tapayuna viven desde mediados de la década de 1980 en el Parque Indígena del Xingú y en las tierras indígenas Wawi y Capoto-Jarina, territorio este último de los Mebengôkrê (más conocidos como Kayapó).

Según el reportaje del Jornal do Brasil del 20 de noviembre de 1967, el padre Odílio Pedro Lunkes estimó en 700 el número de Tapayuna en la región del río Arinos.

De acuerdo con noticias publicadas en O Globo (15/04/1969) y en O Cruzeiro (19/06/1969), el sertanista (explorador del sertón) de la Funai (Fundación Nacional del Indio) José Américo Peret, durante un reconocimiento aéreo de la región del río Arinos, constató la existencia de por lo menos 11 malocas (casas comunales), cada una con aproximadamente 150 personas, totalizando una población de más de mil personas.

Divergiendo, el antropólogo Anthony Seeger (1974) estima por medio de las genealogías una población de alrededor de 400 personas en el momento de los primeros contactos con la expedición de la Funai.

En 1995, la población Tapayuna en el Parque Indígena del Xingú era de 58 personas (Escuela Paulista de Medicina). En el año 2006, de acuerdo con la encuesta demográfica realizada en las aldeas Ngojhwêrê y Ngosôkô (Tierra Indígena Wawi) por Kamani Kisêdjê habían 57 personas Tapayuna o con ascendencia mestiza de Tapayuna y Kisêdjê.

A su vez, en la aldea Kawêretxikô (Tierra Indígena Capoto-Jarina), en la margen izquierda del río Xingú, había 98 personas en 2010.

De acuerdo con estimaciones realizadas por Ropkrãse Suiá y Teptanti Suiá, los Tapayuna sumaban cerca de 160 individuos en el 2010, incluyendo las poblaciones de las dos tierras, Wawi y Capoto- Jarina.

Lengua

Atividades do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.
Atividades do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.

La lengua tapajúna pertenece a la familia Ge, que forma parte del tronco lingüístico Macro-Jê.

Según Seeger (1980), los Tapayuna, también conocidos como Suyá Occidentales, hablan una lengua prácticamente idéntica a la de los Kisêdjê o Suyá Orientales. Sin embargo, hay evidencia de que estos dos idiomas, si bien son similares, tienen diferencias entre sí.

Algunas análisis apuntan a que el Tapayuna es una variante dialectal del Suyá. Sin embargo, debido a la falta de estudios sobre la primera, no son totalmente conocidas las similitudes y diferencias entre los dos idiomas.

Los Tapayuna tuvieron un contacto considerable con los Kĩsêdjê y con los Mebengôkrê,  por lo que su lengua experimentó gran influencia de las lenguas habladas por estos pueblos.

En 2008, la lengua era hablada sólo por 40 Tapayuna residentes en la Tierra Indígena Capoto-Jarina. En el 2010, había 97 hablantes en la aldea Kawêrêtxikô (en la misma Tierra Indígena). Además de ellos, también hablan la lengua personas que viven en la aldea de Ngosôkô, en el Parque Indígena del Xingú.

Según María Cristina Cabral Troncarelli (2011), en la aldea Kisêdjê (Tierra Indígena Wawi) - a excepción de algunas personas ancianas - los jóvenes y los niños tapayuna hablan sólo Suyá, que es la lengua corriente en la aldea, ya que sus padres se casaron con gente Kisêdjê. Los jóvenes han mostrado interés en el aprendizaje del Tapayuna y en desarrollar proyectos orientados a su recuperación.

Situación en la Tierra Indígena Capoto-Jarina

La lengua Tapayuna se encuentra en una situación de desgaste, es decir, se habla en un espacio donde ya existe una lengua mayoritaria, el Mebengôkrê (Kayapó). Como estas son lenguas similares genéticamente y tienen una estructura similar (pues son de la misma familia lingüística), el Mebengôkrê influye directamente en los hablantes de la lengua Tapayuna. Estos, a su vez, o bien hablan los dos idiomas o solamente comprenden el Mebengôkrê. Además, también se observa la presencia de la lengua portuguesa, pues los maestros indígenas salen a estudiar fuera de la aldea y tienen contacto directo con un entorno en el que se habla principalmente el portugués.

En un trabajo de campo realizado en la aldea Metyktire, en 1988, Seki registró el cambio de algunos léxicos tapayuna por datos léxicos de la lengua Suyá. Este cambio es también observado por Santos, en el período 1991-1992. Basado en estos datos, Seki (comunicación personal) planteó la hipótesis de que, incluso después de la mudanza al Metyktire, en los primeros años todavía prevalecía entre los Tapayuna la influencia de la lengua Suyá (hablada por los Kisêdjê).

Vale la pena recordar que los Kisêdjê fueron influenciados por los pueblos del alto Xingú, en particular por los Kamayurá, pero no hay evidencias de que lo mismo haya ocurrido con los Tapayuna. Por otro lado, se asume que los Tapayuna desconocían la papilla y que, por lo tanto, tomaron prestado el término usado por los Kisêdjê.

Con el tiempo, la influencia de la lengua Suyá se hizo cada vez menor, pero sin dejar de existir, ya que habían indígenas Tapayuna que vivían en las aldeas Kisêdjê.

La proximidad entre las lenguas, agravada por el contacto y por el hecho de que los Tapayuna constituyen un pueblo minoritario bajo fuerte influencia de otros más fuertes, crea una situación de especial presión sobre la lengua.

Se observó que los propios hablantes no eran conscientes de la interferencia de las otras lenguas. La constatación de este hecho puso de manifiesto la necesidad de un trabajo de concientización de los Tapayuna con respecto a su lengua. Esta conciencia fue despertada como resultado del trabajo realizado en las últimas etapas del "Curso de Capacitación para Profesores", que comenzó en 1997.

Estudios sobre la lengua 

Los trabajos relacionados con la lengua tapayuna son escasos y fragmentarios, y ninguno de ellos presenta un análisis fonológico o gramatical más detallado. Seki (1989) hizo una comparación preliminar de las unidades léxicas de esta lengua con los de la lengua Suyá y con los del Proto-Jê. El trabajo de Santos (1997) contiene un breve estudio de los aspectos de la fonología tapayuna en comparación con los de la lengua Suyá. El trabajo de C. Rodrigues y Ferreira (2007) presenta algunas consideraciones sobre la reconstrucción de la lengua, y Camargo (2004 y 2008) se ocupa de cuestiones relacionadas con la elaboración de una base de datos lexicográficos con la utilización del programa informático Toolbox, e incluye un anexo adjunto con una muestra que contiene términos de fauna y flora de la lengua.

Además de los materiales recogidos por Nayara da Silva Camargo, hay conjuntos de datos, aún inéditos, recopilados por Seki (1989), Santos (1991-1992) y Ferreira (2003, 2004, 2005 y 2006), que fueron puestos a disposición para el trabajo de esa lingüista.

Hay algunos materiales dispersos sobre los Tapayuna, siendo la gran mayoría de carácter antropológico o histórico. Entre los trabajos realizados por misioneros y antropólogos se incluyen: relatos históricos realizados por misioneros a mediados de 1967, el artículo de Pereira (1967-1968), publicado en la Revista de Antropología; estudios realizados por Bossi (1863) sobre grupos indígenas en el Mato Grosso. Informaciones importantes sobre los Tapayuna se encuentran en el trabajo de Seeger (1981).

 

Revitalización de la lengua

Atividades de registro do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.
Atividades de registro do Projeto História Tapayuna. Aldeia Kawêretxikô (TI Capoto-Jarina). Foto: Beatriz de Almeida Matos, 2010.

Fue a partir de su participación en el "Curso de Capacitación para Profesores" que los Tapayuna mostraron un gran interés en la preservación de su lengua. Sin embargo, no es una tarea fácil después de tantos años de convivencia con grupos más populosos ( Kisêdjê y Mebengôkrê) que hablan lenguas próximas entre sí.

Es interesante observar que la interferencia de las lenguas Mebengôkrê y Suyá se manifiesta con mayor frecuencia en el habla de los informantes adultos de aproximadamente 40 años de edad. Los más viejos, aunque hablan con interferencia, también conocen los términos tapayuna, a los que se refieren como "palabras de los antiguos". Así, intervienen fuertemente en el esclarecimiento de los datos, corrigiendo a los más jóvenes. Estos son momentos en los que se desenvuelven discusiones con respecto a qué término es realmente de la lengua tapayuna.

La proximidad de estas tres lenguas y la gran influencia que los Mebengôkrê y los Suyá ejercen sobre los hablantes de lengua tapayuna plantean dificultades para el análisis de la lengua, sobre todo porque no hay registros de esta lengua realizados en el período anterior a la transferencia de los Tapayuna al Xingú.

Hasta el año 2000, los jóvenes y los niños tapayuna y mebengôkrê de la escuela de la aldea Mebengôkrê estudiaban mebengôkrê y portugués, además de otras disciplinas. Hubo empeño en que los alumnos tapayuna estudiasen en su propia lengua, pero ellos no se mostraron interesados. 

En 1997 se inició el "Curso de Capacitación para Profesores Mebengôkrê, Panará y Tapayuna", promovido por la Funai y bajo responsabilidad de María Eliza Leite. Entre los objetivos del curso estaba estimular el trabajo con las lenguas indígenas, contando con la asistencia de los lingüistas, y la valorización de la cultura tradicional. Para eso, se contó con la participación de las personas mayores y los líderes de cada grupo. Ellos relataron mitos, hablaron sobre la historia del pueblo, sus tradiciones, y la importancia de mantener su lengua y su cultura.

Invitados a participar en el "Curso de Capacitación para Profesores", los Tapayuna se recusaron, pues no querían identificarse como tales y, por ello, rechazaban el trabajo con su lengua, expresando el deseo de aprender portugués y otros asuntos relacionados con el mundo de los no indígenas.

Por otro lado, todavía no había estudios lingüísticos que apoyasen la elaboración de materiales educativos para trabajar con la lengua tapayuna en la escuela y en el curso.

Esta situación comenzó a cambiar a partir del 2000, cuando los Tapayuna manifestaron el deseo de tener un lingüista para asesorarles en el trabajo con la lengua. Fue a partir de ese año que el grupo pasó a formar parte del curso junto con los Mebengôkrê y los Panará. En los dos años siguientes, los lingüistas Ludoviko dos Santos y Marcelo Cazeta de Oliveira (Universidad Estadual de Londrina) actuaron como asesores de los Tapayuna.

En el período del 2003 al 2006, Marília Ferreira (Universidad Federal de Pará) se desempeñó como asesora lingüística de los Tapayuna. Gran parte del trabajo desarrollado estuvo orientado hacia la recopilación de datos lingüísticos que permitiesen la elaboración de un sistema de escritura y de materiales didácticos.

En la etapa del curso realizada en el 2007, los Tapayuna fueron asistidos por Lucy Seki (asesora lingüística de los Mebengôkrê). En este trabajo se realizó el primer esbozo de material de enseñanza en el idioma tapayuna. Hubo un gran esfuerzo para concientizar a los participantes sobre la importancia de diferenciar su lengua de las lenguas mebengôkrê y suyá. El material que resultó fue el primer libro de alfabetización en la lengua de los Tapayuna, de lo cual ellos quedaron muy orgullosos.

En el 2008, a petición de los Tapayuna, el asesoramiento lingüístico al grupo pasó a ser hecho por Nayara da Silva Camargo.

En el 2010, 45 jóvenes y niños tapayuna estaban estudiando su propia lengua.

Los primeros contactos

El contacto de los Tapayuna (o Labio-de-Palo, como se les conocía por entonces) con los no indígenas fue, sin duda, trágico.

Hasta la década de 1940, los informes sobre este pueblo provenían de otros grupos: Paresí, Iranxe, Rikbaktsa, Kaiabi y Apiaká. Los Tapayuna vivían en las orillas del río Arinos y del río Sangue, al norte del Mato Grosso.

Durante décadas lucharon contra la invasión de sus tierras y fueron, a su vez, agredidos: sus aldeas fueron quemadas y su población asesinada. La intensificación de la explotación del caucho en la región del río Arinos, desencadenó una serie de conflictos con los seringueros y seringalistas (propietarios de los seringales) que entraban en su territorio.

En 1953, hubo un envenenamiento con azúcar mezclada con arsénico, dejados a la orilla de un arroyo, a instancias de un seringalista de Diamantino (Matto Grosso). Pero la población tapayuna no sólo fue diezmada a lo largo del río Arinos. Con el avance sobre las tierras de los Tapayuna, por la apertura de carreteras, las luchas se intensificaron.

En 1964, con el apoyo de los indios Iranxe y Paresí, el Padre Adalberto Pereira, de la  prelatura de Diamantino, comenzó sus esfuerzos por ponerse en contacto con los Tapayuna. Ese mismo año, sobre el espigón que atraviesa la región de los ríos Sangue y Arinos, comenzó la apertura de una carretera particular que conectaría una hacienda con la ruta BR-29. Más de 30 hombres formaban parte del grupo de trabajadores. Al llegar a la región de los Tapayuna, comenzaron los conflictos. Hasta finales de 1964, los indios habían flechado seis hombres, sin matar a ninguno de ellos. Nadie sabe, sin embargo, cuántos indígenas murieron, ya que los blancos estaban armados.

Teniendo noticia de estos acontecimientos, el padre Adalberto entró en contacto con los responsables de la obra y se ofreció como mediador. Trataría de "pacificar" a los indios, siempre y cuando el personal no disparase más. En julio de 1964, comenzó una serie de intentos para establecer contacto.

Frentes de contacto de la Prelatura de Diamantino

Se resume a continuación un informe del Padre Adalberto Pereira, de la Prelatura de Diamantino, que describe los trabajos de "pacificación" llevados a cabo en la región del río Arinos entre 1958 y 1968.

El frente pionero nacional se fue intensificando en el río Arinos, especialmente a partir de 1951. Al igual que en todo el norte de Mato Grosso, los paulistas eran los mayor propietarios de tierras en las márgenes del Arinos. El único móvil [interés] era económico: el Tapayuna interfería, causaba perjuicio y debía ser retirado inmediatamente después de la pacificación. La gente (los peones) con contacto más prolongado e inmediato con la situación de conflicto no admitía otra solución del problema que no fuera el gatillo del revólver.

Esta situación llevó a la Prelatura de Diamantino a pacificar a los Tapayuna. Su interés era, además de neutralizar el choque por medio de la pacificación, hacer ver al frente expansionista también las necesidades e intereses de los indios.

El núcleo pacificador, teniendo que actuar, por desgracia, en conjunción con el avance del frente de los pioneros, con intereses y actitudes opuestos, necesitaba crear frente a los indios una nota de diferenciación a través de algunas señales, para destacarse y contraponerse respecto del frente pionero. Así, para distinguir de alguna manera su nota característica, los componentes del grupo de pacificación siempre llevaban en la ropa y con los regalos una bandera de plástico, donde resaltaba un monograma azul sobre un fondo blanco.

Cronología de los primeros conflictos con los no-indígenas

La línea telegráfica de Rondon, la apertura de carreteras y haciendas en las proximidades del curso alto del río Arinos y la navegación del mismo río, intensificada a partir de 1951, crearon en los indios Tapayuna una sensación de asedio y de cerco por parte de los blancos, que es la raíz de una serie de conflictos, de los cuales se destaca los principales acontecimientos.

 

1931 - Los Tapayuna atacaron y destruyeron el Puesto de Telégrafos de Parecis, a 80 kilómetros de Diamantino.  

1936 - Ataques contra no-indios que estaban cerca de la línea que cruza el río Sangue y otros, entre Parecis y Barão de Capanema.   

1937 - Guardias de la línea de Rondón fueron atacados en la cabecera del arroyo Canta Galo, y devolvieron el fuego, matando a un Tapayuna.  

1945 - Un guardia de la línea Rondón atacado por los Tapayuna mientras trabajaba en el campo, disparó y mató a dos indios.  

1948 - En mayo, el Padre Roberto Bannwarth S. J., de la Prelatura de Diamantino, estuvo en las aldeas de los Iranxe, quienes informaron al Padre que fueron atacados por indios bravos. Estos ataques de los Tapayuna contra los Iranxe constituyen una de las causas de la disminución del ya pequeño grupo de los Iranxe.  

1951 – Benedito Bruno Ferreira Lemes, seringalista y dos veces Prefecto de Diamantino, construyó la cabaña "Buena Esperanza", en la confluencia del río Alegre con el Arinos, para explotar caucho en esas zonas. Los Tapayuna, que de vez en cuando encontraban la cabaña deshabitada, la quemaron. Bruno no persistió. Propuso explotar caucho en el curso inferior del río Arinos, donde se encontró con los indios Rikbaktsa.  

1953 - La tripulación de una embarcación de Benedicto Bruno, bajo la responsabilidad de Marcelo Cruz, dejo azúcar con arsénico para los indios, en el arroyo de Barrinha, entre Miguel de Castro y Tomé de França.  

1955 – Ingresó definitivamente en el río Arinos la Colonizadora Noroeste Matogrossense Ltda. (Conomali), de la firma Hermanos Mayer Ltda., con sede en Santa Rosa (Rio Grande do Sul) y se estableció aproximadamente 100 kilómetros abajo del Tomé de França. La lancha de Conomali se convirtió en un blanco frecuente de los Tapayuna y los peones e incluso las mismas autoridades policiales, de viaje en la lancha, a menudo respondían con balas.  

1956 - En febrero, el motorista de la embarcación Benedicto Bruno fue alcanzado en la pierna por una flecha. En noviembre, el ingeniero de Conomali fue herido por otra flecha tapayuna. Desde entonces, la Conomali determinó que en los lugares más peligrosos la lancha sólo transitase por la noche.  

1958 - Un cauchero fue asesinado por los indios, y el padre Jõao Evangelista Dornstauder fue blanco de flechazos, cuando subía al barco en el río Arinos.

Primeros intentos de contacto pacífico

El primer intento de pacificación comenzó provisoriamente a fines de 1958 y principios de 1959, en una acción conjunta de la Prelatura de Diamantino, del Servicio de Protección a los Indios (SPI) y algunos voluntarios.

El grupo de pacificación debía ser mantenido hasta mayo por las empresas interesadas y luego entraría el SPI para realizar un trabajo definitivo. El jefe y orientador de esta primera tentativa fue el Padre Jõao Evangelista Dornstauder, que estableció la base de la operación en la boca del arroyo Miguel Castro, donde se encontraba el grupo de ingeniería que medía dicho arroyo. El sacerdote dio al lugar el nombre de "Campamento del Caaró". Se veían ahí los restos de un rancho de la Conomali (Colonizadora Noroeste Matogrossense Ltda.) destruido por los indios y de una factoría de Benedito Bruno, tres veces quemada por ellos.

Se dejaron regalos en las rozas, caminos y campamentos de los Tapayuna , como señas de pacificación. Sin contacto directo con los indios, este equipo se disolvió y el grupo del SPI, prometido para mayo de 1959, nunca apareció.

Entre el primer y el segundo intento, nuevos conflictos surgieron en la región habitada por los Tapayuna.

Germaine Lucie Burchard, en septiembre de 1962, inició una carretera pionera en el espigón entre el río Arinos y el río Sangue. En el kilómetro 139, la carretera cortó una trocha de los Tapayuna que ligaba, probablemente, los ríos antes mencionados. Los indios reaccionaron y flecharon a cuatro trabajadores en diferentes fechas.

En 1964, ante tal situación, Renzo Michelotto y João Galvão de Almeida, ingeniero y contratista, respectivamente, de la carretera, se dirigieron al Sr. José Batista, jefe de la Inspectoría Regional (Inind) de Cuiabá, solicitándole que tome alguna providencia en relación al caso. Renzo recurrió al ejército, acudiendo al 16o B. C. de Cuiabá, donde recibió armas pesadas con la recomendación de que se defendiese.

La carretera continuó bajo custodia policial. Los patrulleros de los macheteros [responsables de la apertura de la carretera] se apostaban a pocos metros del lugar de servicio, con placas colgantes a la altura del pecho [para protegerse de las flechas]. 

Otros tentativas

Consciente de la situación, el padre Adalberto Holanda Pereira, de la Prelatura de Diamantino, acudió en 1964 al jefe de la Inspectoría Regional de Cuiabá y pidió permiso para ir en lugar de sus empleados y continuar el servicio de pacificación comenzado en 1958.

El método del Padre Adalberto era acompañar a los trabajadores de la carretera e ir dejando regalos junto con las señas de pacificación en lugares estratégicos. Los trabajadores no tenían la menor comprensión del problema. El asunto para ellos era matar a los indios y quedarse con las mujeres y los niños. Después de un tiempo, el sacerdote se desvincularía del grupo de la carretera para tomar medidas más convenientes para la pacificación.

Hubo encuentros rápidos con los Tapayuna y fueron halladas varias rozas. En julio de 1964, se constató que los regalos dejados en un lugar estratégico habías sido retirados. El equipo avanzó más, en el supuesto de que el pueblo no estaba lejos. A un kilómetro de distancia vieron la aldea humeante. Después de haberla quemado, los indios se habían alejado de allí. Por el patio, dispersos, muchos jarros de seringueiro, ollas de hierro, un porrete y algunos objetos antiguos. No avanzaron más.

Dos meses más tarde, el Padre Adalberto regresó a la aldea y a la roza de los Tapayuna, acompañado por dos indios Iranxe (Maurício Tupsi y Lino Adaxi) y el jesuita Claudio Hentz. Los indios habían vuelto para hacer harina de yuca y caminaban por la carretera. Unos días más tarde encontraron a un grupo tapayuna. Luego de que el Padre Adalberto permaneciese ocho minutos con una flecha apuntando hacia él, el equipo decidió regresar al campamento de la carretera.

Casi un año después, en septiembre de 1965, el Padre Adalberto regresó a la misma roza de los Tapayuna. Las aldeas habían desaparecido, y los campos ya eran matorrales. Esperó un mes entero en el campamento del kilómetro 139, pero los indios no aparecieron. El Padre decidió dejar el espigón y operar en el Arinos.

La cuarta tentativa se llevó a cabo todavía en el mismo año. El Padre comenzó sobrevolando la margen izquierda del río Arinos. Localizó una aldea en las márgenes del arroyo de la Barrinha y otra mayor en las cabeceras del arroyo Tomé de França, a decenas de kilómetros de distancia del río Arinos. La aldea de Tomé de França tenía diecisiete rozas grandes.

A finales de diciembre de 1965, el Padre Adalberto entró por el río Arinos, acompañado por el jesuita Luiz Carballo, João Pereira, Maurício Tupsi (Iranxe) y João Takumã ( Kaiabi). 

Un empleado que estaba trabajando en la medición de una propiedad entregó al padre Adalberto una carta del padre Henrique Froehlich con fecha del 6 de enero de 1966. El contenido era: “Esta solamente tiene por finalidad comunicarle que ayer recibí un telegrama del SPI muy exigente en contra de la pacificación, exigiendo que la suspendiese de forma inmediata. Por en cuanto, continúe hasta nuevo aviso. Saludos."

Hubo contactos rápidos con los Tapayuna, intercambio de presentes y algunas flechas en dirección al grupo de pacificación.

En Brasilia, el padre Froehlich llegó a un acuerdo con el jefe general de SPI en el sentido de que la Prelatura de Diamantino continuase con el servicio de pacificación. En julio de 1966, el jefe de la sexta Inspectoría Regional, Hélio Bucher, mandó publicar en el Registro de Diamantino un edicto que prohibía a elementos extraños a la SPI la penetración en las tierras Tapayuna entre los ríos Miguel de Castro e Tomé de França.

En mayo de 1967 se iniciaron nuevas acciones de pacificación.  El padre Adalberto estaba ahora acompañado por los indígenas Pedro (Paresí), Inocêncio (Iranxe) y Lino Adaxi (Iranxe) y por el padre Antonio Iasi. Esta vez, el padre Adalberto recibió un flechazo en el muslo derecho durante los sucesivos ataques con flechas.

En marzo de 1968, la Funai autorizó al padre Iasi, entonces a cargo de los Tapayuna por parte de la Prelatura Diamantino, a intervenir en el área del Arinos, con pleno poder para promover la aproximación y protección de aquellos indios, contando con la excepción de que la 6ª. IR de Cuiabá estableciese un Puesto bajo su propia jurisdicción.

Contactos a finales de 1960

Guerreiro Beiço-de-Pau sem o disco de madeira - (Hetô). Foto: João Américo Peret, 1969
Guerreiro Beiço-de-Pau sem o disco de madeira - (Hetô). Foto: João Américo Peret, 1969

 Cuando estaban ensayando los primeros contactos pacíficos con los no-indígenas de la región, los Tapayuna recibieron de los "civilizados" carne de tapir envenenada. Gran parte del grupo murió. El antropólogo Anthony Seeger grabó en 1973 el testimonio del Tapayuna Bentugaruru sobre la masacre. La historia fue contada a solicitud de los Kisêdjê del Xingú cuando ya los Tapayuna se encontraban en el Parque Indígena de Xingú:

"Yo le conté cómo los malos blancos kupen colocaron algún remedio en el tapir y todos mis compañeros murieron. Casi todos nosotros morimos. Los blancos nos hicieron eso".

Los datos recogidos por el padre Antonio Iasi indican aproximadamente 140 indios en el período de los primeros contactos y aunque los Tapayuna se mostrasen amistosos con las personas de los frentes de penetración, nunca permitieron que nadie llegase a sus aldeas más remotas.

En 1967, finalmente, los Tapayuna, cansados de defenderse y enfermos, se acercaron a dos barqueros en el río Arinos, el indio apiaká Candido Morimã e Carlos Ferreira.

En 1968, la Funai asumió el trabajo de asistencia a los Tapayuna, que fue coordinado por João Américo Peret.

En 1969, la dirección de la Funai autorizó la entrada de un grupo de periodistas en el área de los Tapayuna. Uno de los periodistas estaba con gripe.

Él contrajo un resfriado fortísimo. Si no es aislado de inmediato, nuestra historia se convertirá en: "De cómo exterminamos a los Labios-de-Palo”. Una epidemia de gripe entre ellos sería una verdadera masacre "(O Cruzeiro, 19/06/1969).

Imagens dos Tapayuna durante contatos com tripulantes de um barco, na região do rio Arinos. Foto: João Américo Peret, 1969.
Imagens dos Tapayuna durante contatos com tripulantes de um barco, na região do rio Arinos. Foto: João Américo Peret, 1969.

De hecho, la presencia del reportero causó una epidemia que mató a más de 100 personas.

A continuación, se reproduce un pequeño trecho de un reportaje en el Jornal da Tarde – O Estado de SP (14/02/1970) sobre la situación de los Tapayuna poco después de la epidemia.

"Unos días más tarde, el padre Iasi pudo llegar, no había nadie más para resistir. Contó 73 cadáveres sin enterrar y calculó en más de 100 el número de muertos, ya que la tribu tenía cerca de 200 personas. Él y el hermano Vicente Cañas sólo consiguieron reunir a 40 de los que se habían dispersado; muchos murieron en el monte. En señal de duelo, los sobrevivientes quemaron la aldea quemada, tiraron sus armas y partieron con los dos misioneros a un lugar nuevo. Eligieron el pequeño río Parecis, a 200 kilómetros al sur. Desanimados, se limitaron a ver al padre Iasi y al hermano Vicente construir dos cabañas de maderas y lianas con barro, dos chozas de hojas de palma y plantar una roza de maíz".

En 1969, sin embargo, la misma Funai llamó al grupo de misioneros jesuitas de la Prelatura de Diamantino para trabajar en la recuperación de los sobrevivientes. Restaban 41 personas en condiciones deplorables, sin rozas y sin fuerzas para levantarse.

A principios de 1970, los Tapayuna, algo fortalecidos, fueron transferidos al Parque Indígena del Xingú. Algunos escaparon a la transferencia y murieron antes de que cualquier expedición pudiera contactarlos de nuevo.

En el Parque, el grupo remanente fue acogido en la aldea de los Kisêdjê (también conocido como Suyá), pero las consecuencias de la transferencia y de las enfermedades redujo aún más el número de los Tapayuna, que disminuyó a 31 personas.

En agosto de 1971, comenzó la "Operación Tapaiuna o Labios de Palo", realizada por el sertanista de la Funai Antonio de Souza Campinas. El propósito de la "operación" era descubrir la existencia de sobrevivientes de los Tapayuna en la región de los ríos Arinos y Sangue, y evaluar la necesidad de la interdicción de la zona como "reserva indígena". No se encontraron sobrevivientes. Sólo había rastros de una ocupación reciente: aldeas quemadas, objetos quebrados, huesos humanos...

El 9 de junio de 1976, el decreto número 77790 abolió la "Reserva Indígena Tapayuna" en el municipio de Diamantino (Matto Grosso), creada el 8 de octubre de 1968 (decreto número 63.368).

He aquí algunos extractos del informe del sertanista Antonio de Souza Campinas (1971):

"Indio Tapaiuna o Labios-de-Palo (...) no existe más dentro de la Reserva creada para ellos. Dentro de la Reserva, en las aguas del río de Sangue, incluso en las aguas del río Arinos, indios que desconozco hicieron cosechas en el período de verano".

"El indio Tariri [que acompañó al sertanista en la expedición] puso las manos en la cabeza, después golpeó con la mano derecha sobre el corazón y entonces se echó a llorar mirando los huesos hozados por los cerdos de la selva, recordando que en medio de esos huesos estaban los restos de la joven que iba a convertirse en su esposa, y dijo: Karái-tán-aiti-nẽnvaine Kẽre, kêtt Kue n, “ustedes, blancos civilizados  mataron a todos, acabaron con todo".

La pacificación de los Tapayuna y la prensa

Las primeras noticias publicadas sobre los Tapayuna provienen de reportajes periodísticos que hablan de la invasión de no indígenas de su área de ocupación tradicional (río Arinos). La primera noticia sobre los Tapayuna es de 1951 y menciona el abandono del seringal en el curso medio del Arinos por parte de los empleados del seringalista Bruno Benedicto, a causa de los ataques de ese grupo.

Noticias que datan del año 1966 abordan innumerables acciones violentas llevadas a cabo en un intento de usurpar las tierras de los Tapayuna. Buena parte se basa en los informes de los misioneros de la Prelatura de Diamantino (vea "Frentes de contacto de la Prelatura de Diamantino") que procuran denunciar las masacres y la violencia en avance del frente económico, especialmente a causa de los cazadores, los recolectores de caucho, los hacendados y las obras de colonización aprobadas por el gobierno de Mato Grosso. La situación de cerco vivida por los Tapayuna fue bastante mencionada. Destacan los siguientes eventos a fines de la década de 1960: la construcción de la carretera de la Compañía Paulista, debido a las parcelas adquiridas por los hacendados de São Paulo en el norte de Mato Grosso, provocó muchos conflictos en la región; el avance de los seringales y la ocupación no controlada en la región con el apoyo de los proyectos aprobados por el gobierno de Mato Grosso; el cerco de los Tapayuna – al norte estaba la Empresa Colonizadora Gaúcha, que explotaba las plantaciones de caucho; al sur, avanzaba el frente de expansión venido de Cuiabá; al este, los hacendados paulistas; y al oeste, cerca del río Sangue, el área de ocupación de los Rikbaktsa, también conocidos como canoeros.

En 1969, fueron difundidos numerosos informes sobre la expedición de "pacificación" de los Tapayuna llevada a cabo por la Funai, pues junto con el equipo había un grupo de periodistas enviados especialmente para cubrir todo el trabajo de contacto.

De acuerdo con un reportaje de O Cruzeiro (19/06/1969), el Ministerio del Interior se vio obligado a expropiar en 1968 más de mil hectáreas y convertirlas en reserva indígena - en terrenos designados por la Unión para usufructo de los indios. El objetivo de esta expedición de la Funai era comprobar el número exacto de indígenas y calcular el área que necesitan para sobrevivir; además de eso, la agencia también tenía la intención de enseñar a los indígenas el cultivo de cereales y la crianza de animales. Con esto, su necesidad de tierras se reduciría y permitiría la liberación de tierras para la venta. Con los incentivos fiscales concedidos por el gobierno a los propietarios de tierras en la Amazonia Legal, los inversionistas fueron atraídos a la región donde vivían los Tapayuna.

Entre los reportajes realizados durante la expedición de la Funai, destaca uno publicado en la revista O Cruzeiro (19.06.1969), que trae numerosas fotografías y relatos del trajín cotidiano de los periodistas en el campamento, así como consideraciones bastante erróneas con respecto a los recién contactados. La revista utiliza a menudo una oposición entre la conquista de la luna y el contacto con los Tapayuna, como si éstos estuviesen a contracorriente de la "evolución humana". Según el informe, los Tapayuna estarían en "una etapa de la civilización anterior a la piedra pulida" y serían "caníbales en la Era Espacial".

A continuación, en su integridad, los principales reportajes producidos por la prensa brasileña en relación a la expedición de "pacificación" de los Tapayuna realizada por la Funai en 1969:

Jornal do Brasil 

“A pacificação do beiços-de-pau I: Canibais que gostam de conversar” (03/06/1969).

“A pacificação dos Beiços-de-pau II: A difícil comunicação com o civilizado” (04/06/1969).

“A pacificação dos Beiços-de-pau III: A boa vizinhança de um rápido contato” (05/06/1969).

Fatos e Fotos

“Na Terra dos Beiços-de-pau” (26/06/1969).  

"Na Terra dos Beiços-de-pau 2: a longa espera no rio Arinos” (20/07/1969).

O Cruzeiro

"Viagem do homem branco ao encontro dos Beiços-de-Pau - os antropófagos dos confins de Mato Grosso. Na terra onde o tempo não passa" (19/06/1969).

La llegada al Parque del Xingú

En 1969, debido a un desastroso contacto con los "pacificadores blancos”, 41 sobrevivientes Tapayuna (mejor conocidos como Labios-de-Palo) fueron expulsados de sus tierras entre los ríos Arinos y Sangue y fueron a juntarse con los Kĩsêdjê (que en ese momento eran alrededor de 65) en el Parque Indígena del Xingú. Más de diez Tapayuna murieron poco después de la transferencia, debido a enfermedades.

Desde la perspectiva de los Kĩsêdjê (también llamados Suyá), sin embargo, las similitudes culturales de ambos grupos mudaron considerablemente el énfasis en su cultura. Los Tapayuna miraban, hablaban y actuaban como los Kisêdjê ancestrales. En consecuencia, los Kisêdjê se sintieron más fuertes, más numerosos y con más vida.

En el lapso de un año, una nueva aldea fue construida según el modelo Jê, con un círculo de casas alrededor de una gran plaza, en la cual se encontraba la "casa de los hombres" y las ceremonias Jê eran llevadas a cabo. Los Kĩsêdjê y los "Nuevos Suyá", como los Tapayuna eran llamados, se contaban unos a otros sus mitos y los comparaban; narraban sus ceremonias y descubrían en sus relatos innumerables puntos en común.

La actitud kĩsêdjê en relación a los recién llegados era ambigua. Al mismo tiempo que ellos eran los "auténticos Suyá", eran considerados "salvajes" por desconocer las costumbres y tecnologías de otros pueblos del Xingú. Por ejemplo, ellos no sabían procesar la yuca al estilo xinguano, ni hacer o navegar en canoas, y hablaban de una manera considerada extraña y arcaica, aunque hablaban lenguas similares. Por esta razón, ellos eran tratados con bastante humor, al tiempo que se les enseñaba las nuevas tecnologías.

En 1980, finalmente, los Tapayuna se sintieron lo suficientemente fuertes como para construir una aldea en el Parque, ubicada arriba de la confluencia del río Suyá-Missu con el río Xingú, en la margen derecha de éste. Se quedaron entre los Kĩsêdjê solamente algunos huérfanos y adultos que se había casado con miembros del grupo. Gran parte de los Tapayuna fueron a vivir con los Metyktire (subgrupo kayapó) en la Tierra Indígena Capoto-Jarina.

Casamiento

El chamán más viejo está casado con dos mujeres, de las que la mayor es Tapayuna y la más joven es Mebengôkrê (conocidos como Kayapó). Esto permite levantar la hipótesis de que los Tapayuna se casaban con más de una mujer, así como ocurre en otros grupos étnicos. Hoy en día, a excepción del caso mencionado, los Tapayuna son monógamos, así como los Mebengôkrê.

Hay varios casos de matrimonios mixtos entre los Tapayuna y los Mebengôkrê.

Como se ha mencionado, de acuerdo con las reglas del matrimonio existentes entre los Tapayuna, el hombre pasaba a residir en la casa del suegro. Debido a este factor, muchos indios tapayuna vivían en casas de familias mebengôkrê. Son casos como éstos los que hacen que la lengua tapayuna pierda espacio, ya que los niños de la pareja hablan la lengua hablada por la madre, el Mebengôkrê. Lo mismo ocurre con los hombres mebengôkrê que se casan con mujeres tapayuna, pues la lengua aprendida por los niños será el tapayuna.

Relaciones con otros pueblos

Los Tapayuna y los Kĩsêdjê reconocen que en el pasado constituían un solo pueblo que habitaba una región situada en el norte de Goiás o en el Maranhão (al norte de Mato Grosso). Más tarde se trasladaron al oeste, asentándose en la región del río Arinos y el río Sangue.

En un momento no identificado, un subgrupo (Kĩsêdjê) siguió hacia el este, bajando por el río Ronuro hasta el territorio del actual Parque Indígena del Xingú, pasó por la región de los formadores del Xingú y se estableció posteriormente en el río Suyá-Missú. El otro subgrupo (Tapayuna) permaneció en la región del río Arinos y el río Sangue.

Según las estimaciones de Seeger (1977), estos grupos quedaron separados por cerca de unos 150-200 años.

En contacto con los Tapayuna, los Kĩsêdjê pronto reconocieron que la lengua tapayuna era como la de sus ancestros. Desde hace mucho tiempo ellos habían asimilado varios rasgos culturales de los pueblos del Xingú, como el uso de hamacas, de canoas, las técnicas de procesamiento de la yuca, entre otros, y trataban a los Tapayuna con una cierta superioridad, pues los consideraban "atrasados" por mantener su antiguas costumbres. Al mismo tiempo, la llegada de los Tapayuna despertó entre los Kĩsêdjê una tendencia de regreso hacia sus tradiciones originales.

Los Tapayuna relatan que a principios de 1988, con la muerte de un importante líder y chamán, muchos abandonaron la aldea Kĩsêdjê y buscaron refugio al norte.

Para esa mudanza, pidieron ayuda a Megaron, que por entonces era administrador del Parque Indígena del Xingú. Se les ofreció una aldea en la región del río Jarina, en territorio mebengôkrê (kayapó), una aldea que estaba desocupada, pero que tenía casas y rozas productivas. Los Tapayuna se quedaron poco tiempo allí, pues prefirieron instalarse en la aldea Metyktire, junto a los Mebengôkrê. Allí ocupaban unas tres casas, próximas entre sí, situadas detrás de la casa de Raoni, el líder de la aldea. Durante un buen tiempo permanecieron amedrentados y retraídos. Dejaron de practicar sus danzas y fiestas y comenzaron a participar en las fiestas, danzas, cazas y actividades típicas de los Mebengôkrê. De hecho, los Tapayuna rechazaban su lengua y su identidad.

Los Tapayuna vivieron en la aldea Metyktire hasta el comienzo de 2009. Ya en 2004 hablaban de construir una aldea propia. A esto siguió la búsqueda, la preparación del lugar y la plantación de rozas. Tras la mudanza de unas pocas familias, todos los Tapayuna se trasladaron a la nueva aldea. Esta aldea es denominada Kawêrêtxikô y está situada en la margen izquierda del río Xingú, en la Tierra Indígena Capoto-Jarina, no muy lejos de la aldea Piaraçu, de los Mebengôkrê.

Por las reglas de residencia en vigor entre los Tapayuna, al casarse el hombre pasa a  residir en la casa del suegro. Esto acarreó algún trastorno a los hombres mebengôkrê casados con mujeres tapayuna, que no deseaban abandonar su aldea.

Con la salida de los Tapayuna de la aldea Metyktire, los Mebengôkrê que vivían allí también decidieron abandonar el lugar y construyeron una nueva aldea que recibió el mismo nombre que la anterior.

Fuentes de información

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  • BOSSI, Bartolomé. Viaje pintoresco por los rios Paraná, Paraguay, Sn. Lorenzo, Cuyabá y el Arino tributário Del grande Amazonas, con la description de la província de Mato Grosso bajo su aspecto físico, geográfico, mineralojico y sus producciones naturales. Paris. 1863.  
  • CAMARGO, Nayara da Silva. Língua Tapayúna: aspectos sociolinguísticos e uma análise fonológica preliminar. Campinas: Unicamp, 2010. (Dissertação de mestrado).  
  • __________. “Elaboração de um Dicionário Bilíngue Tapajúna – Português”. In: Estudos Linguísticos. São Paulo, 37 (1): 73-82, jan.-abr. 2008.  
  • CAMPINAS, Antonio de Souza. Relatório da Operação Tapaiuna ou Beiço de Pau. 1971 (ms.)  
  • LEA, Vanessa R. Parque Indígena do Xingu : Laudo antropológico: Parque Indígena do Xingu. Campinas : Unicamp, 1997. 220 p.  
  • DAVIS I. “Comparative Jê Phonology”. In: Estudos Linguísticos. Revista Brasileira de Linguística Teórica e Aplicada. São Paulo, 1966, vol. I, n. 2. pp. 10-24.  
  • FRANCHETTO, Bruna. Os Tapaiuna (Suyá Ocidentais). In: Laudo antropológico: a ocupação indígena da região dos formadores e do alto curso do rio Xingu (Parque Indígena do Xingu). Abril de 1987, pp. 111-120.   
  • MELLO, Octaviano. Dicionário Tupi-Português Português-Tupi. São Paulo, 1967.  
  • PEREIRA, Adalberto Holanda. “A pacificação dos Tapayunas”. In: Revista de Antropologia, São Paulo, vol. 15-16, 1967-196, pp. 216-227.   
  • Programa de formação de professores mẽbêngôkre, panará e tapajúna e Associação IPHEN-RE de Defesa do Povo Mebengokre. Atlas dos territórios mẽbêngôkre, panará e tapajúna. 2007.  
  • SEEGER, Anthony. Nature and Culture and Their Transformations in the Cosmology and Social Organization of the Suyá, a Ge-Speaking Tribe of Central Brazil. Chicago: University of Chicago, 1974. 420 p.   
  • SEEGER, Anthony. Bentugaruru tells how members of his village were treacherously poisoned by Whites. 03 de janeiro de 1983 (ms.)

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