De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Raïsa Miriam Nascimento Guerra, 1998

Torá

Autodenominación
¿Donde están? ¿Cuántos son?
AM 330 (Siasi/Sesai, 2014)
Familia linguística
Txapakura

Los Tora, son un pueblo que vive en las proximidades de la desembocadura del río Marmelos (AM). A lo largo de la historia, recibieron muchas denominaciones: Torá, Tora, Toré, Torerizes, Turá. Nunca, sin embargo, hubo en la documentación definiciones precisas sobre las mismas. Se considera que su lengua pertenezca a la familia Txapakura, no obstante, nunca se la ha estudiado. Los Tora, la perdieron y hoy sólo hablan portugués. Esto se debe al hecho de que los Tora sufrieron lo que se llamaba en el siglo XVIII de expedición punitiva. Por haber intentado impedir la invasión de sus dominios, fueron duramente reprimidos, incluso llegaron casi a la extinción

Datos históricos

Los primeros registros sobre los Tora, los sitúan en un espacio territorial que comprende todo el río Madeira y algunos afluentes. Fue uno de los primeros pueblos a oponer resistencia a los intentos de ocupación de esa región, asimismo, uno de los primeros a sufrir significativamente estas irrupciones. En la documentación histórica se los menciona por atacar a los regatones en toda la extensión del río Madeira,  así se vieron obligados a ocupar sólo una pequeña porción de su territorio, situado en las proximidades de la desembocadura del río Marmelos, en el Estado de Amazonas.

En 1690, el Padre João Betendorf habla de “la nación de los Irurizes", que comprende los Onikoré, Aripuaná, Parapixana y Torerizes, siendo que estos últimos ocupaban el norte y el sur de la margen derecha del río Madeira (Menéndez, 1981/82: 313). En tanto, por las características de dominio de los Tapajó y Tupinambá en la región, los datos sobre otros pueblos siempre fueron muy escasos.

En realidad, las informaciones sobre los Torá se conocieron efectivamente cuando se organizó una expedición punitiva con la intención de exterminarlos. Atacaban las misiones de Canumã y Abacaxis, que estaban en la desembocadura del río Madeira, pero según Nimuendajú ([1925] 1982) se los reconocía como habitantes del río Marmelos, desde la desembocadura hasta las cabeceras del río Machado. Un grupo de Torá, encontrado en el río Maici, afluente de los Marmelos, fue duramente atacado y a los supervivientes se los obligó a transferirse a la misión de Abacaxis. La atrocidad contra este pueblo fue tan grande que se la cita en las más diversas fuentes documentales.

Sin embargo, parte del grupo permaneció aislado, protegido en el interior de los igarapés (arroyos que macen en la mata y desembocan en los ríos) que todavía no habían sido invadidos por la colonización. Los continuos ataques que se siguieron, obligó a los últimos miembros Torá a retirarse a las misiones y a las villas como cautivos y como tropas de defensa contra los Mura.

Al final del siglo XIX y comienzo del XX, se registra a los Torá como pueblo sedentario, que vive de la agricultura a las márgenes del río Marmelos.

Alrededor de la década del 20 del siglo XX, con la denominada “pacificación” de los Parintintin, la región del Madeira fue siendo ocupada progresivamente por los siringueros, caucheros, y extractores de productos nativos. En este proceso se involucró a las poblaciones indígenas de la región, entre los cuales los Torá, que adoptaron un sistema semejante al de la población regional, el llamado sistema de aviamiento (endeude). Sin embargo, garantizaron la reproducción de su organización social y lucharon arduamente por sus tierras.

La castaña y los regatones

Los Torá viven de la caza, de la pesca y fundamentalmente de la recolección de la castaña de Para que comercializan. La castaña es el punto central de la región, rige la economía y transforma la actividad productiva en un sistema complejo que envuelve a los indios y a los pobladores locales.

Cuando se inicia la zafra de la castaña, los regatones, comerciantes de la región, abastecen a los Torá con provisiones, llamadas “rancho”, compuesto de alimentos básicos e industrializados. En este sentido, los indios ya empiezan a trabajar con una deuda al regatón, que posterga el pago de este primer “rancho” hasta las primeras colectas. 

Cuando efectivamente le empiezan a entregar la producción al regatón, ya existe la necesidad de adquirir un nuevo “rancho”. Consecuentemente, los Torá están siempre debiéndoles a estos comerciantes que denominan patrones. Además de los productos básicos, es común que obtengan un bien más caro, y el pago puede demandar más de una zafra de castaña.

En general, los patrones tienen una relación ambigua con los Torá. Se los considera benefactores y buenos, y sólo son malos aquellos con los cuales no negocian. Un Torá o un grupo familiar puede tener relación con más de un patrón, en tanto, lo más común es que se relacionen sólo con un patrón. Son estas las relaciones que rigen la economía de este pueblo.

Estos patrones también están presentes en los momentos de rituales del grupo. Cuando hay una fiesta tradicional en la aldea Fortaleza, los regatones están siempre presentes, suministran mercaderías y participan como invitados. Es importante destacar el perfil de esta fiesta, en la que los agentes de la región se reúnen y dan a sus diferencias un carácter  de ritual. Al contrario de importarse con la solución de los conflictos, el ritual los expurga, y al mismo tiempo los perpetúa dentro de los límites de lo soportable.

Compadraje

El parentesco religioso el compadraje, forma parte de la compleja red de relaciones regional, establece un lazo entre adultos a través de los hijos. De este modo, cuando alguien quiere estrechar vínculos con otros, lo invita para que sea padrino de algún hijo. Aunque existe una relación entre padrino y ahijado, la que realmente importa es la que se establece entre los compadres. En el interior de este sistema es posible encontrar regatones, los Torá y los Apurinã, todos se relacionan entre sí.

Hoy, los Torá han reforzado la lucha por la demarcación de sus tierras y por la formación de profesionales indígenas. Con esa perspectiva, se organizan y hacen cursos de formación profesional con el apoyo de las organizaciones no gubernamentales y tratan de traer de vuelta a la región a los individuos que partieron a ciudades como Porto Velho, Humaitá y Manicoré. En la visión de este pueblo, la demarcación efectiva de sus tierras y la presencia en la región de profesores y agentes de salud Torá, pueden ser factores determinantes para la supervivencia de las futuras generaciones.

Fuentes de información

  • BANDEIRA, Alípio. A cruz indígena. porto Alegre : Livraria Globo, 1926.

 

  • CARTAGENES, Rosa; LOBATO, João Carlos. Agora todo mundo quer ser caboclo. In: RICARDO, Carlos Alberto (Ed.). Povos Indígenas no Brasil : 1987/88/89/90. São Paulo : Cedi, 1991. p. 296-8. (Aconteceu Especial, 18)

 

  • COUTINHO, João M. da Silva. Relatório sobre alguns lugares da Província do Amazonas, expecialmente o rio Madeira. Manaus : Codeama/IGHA, [1861], 1986.

 

  • HUGO, Vitor. Desbravadores. 2 v. Humaitá : Missão Salesiana, 1959.

 

  • MENÉNDEZ, Miguel A. Contribuição ao estudo das relações tribais na área Tapajós-Madeira. Rev. de Antropologia, São Paulo : USP, n. 27/28, p. 271-86, 1984/1985.

 

  • --------. Uma contribuição para a etno-história da área Tapajós-Madeira. Rev. do Museu Paulista, São Paulo : Museu Paulista, n. 28, p. 289-388, 1981/1982.

 

  • NIMUENDAJÚ, Curt. As tribos do Alto Madeira. In: --------. Textos Indigenistas. São Paulo : Loyola, 1982. p. 111-22.